El lado tierno de la vida
- lauradiyorioblog
- 3 nov 2023
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 1 ago
Hace apenas unos días alguien me dijo sobre mí una de las cosas más lindas que había escuchado. ¿Quieren saber qué fue?

Esta historia comienza aquí.
Soy igual a mi papá y me encanta. A él le debo y agradezco por muchos elogios que recibo. Lo bueno y lo no tan bueno, y no digo “lo malo” digo lo no tan bueno a propósito porque no son cosas malas, sino las cosas que más nos cuestan.
Para que me entiendan un poco más les contaré una charla con mi mamá. Mi papá ya había fallecido hacía unos años y yo estaba visitándola después de una sesión de terapia. Hablando con ella me dijo algo que era verdad pero como todo tenía dos puntos de vista. Mi mamá a modo de comprensión y como queriendo avivarme me dijo: “Lo que pasa Laurita es que vos sos igual a tu papá. Vos sos muy inocente y él también, él creía mucho en los demás y era muy sensible y eso lo hacía sufrir, igual que a vos.”
...Lo que pasa Laurita es que vos sos igual a tu papá...
Tengo grabado ese momento más que nada por mi reacción porque si de algo estaba segura, era que ser igual a mi papá era hermoso y que me encontraran parecida a él un elogio. Por eso en un segundo le respondí convencida: “¡Sí es cierto, pero eso no es malo, es bueno! Porque ser tan sensible y ver el mundo con ilusión lo hacía ser tan inspirado, abierto, gracioso y tierno, las cosas que a todos nos encantaban.” Me sonreía mientras se lo decía a mamá y aún me sonrío al contárselos acá. Es que mi papá también me dejo esa sonrisa eterna. Mamá me entendió enseguida porque en definitiva ella amaba todas esas mismas cosas de él. Ella solo hubiese querido que yo sufriera menos en algunas situaciones.
Así es que a veces cuando hablo de mi papá aun quienes no lo conocieron, me dicen que soy igual a él, que lo describo con las mismas cualidades que ven en mí.
Ahora que ya me están conociendo más entenderán muy bien porqué esta historia no podía ser contada sin hablar un poquito de mi papá.
No hace falta que yo les cuente que la vida solita nos trae momentos muy tristes, golpes muy duros y que a pesar de todo hay que seguir adelante. Sin embargo, aquí les cuento mis historias y cómo yo las vivo así que continúo.
Incontables veces muchas personas me han hablado sobre mi gran sonrisa y mis lindas maneras para hablar y me han dicho que les llama la atención como aun en mi momentos más difíciles y aun cuando me toca llorar siempre tengo una gran sonrisa para los demás.
Es que el dolor lo siento igual aunque sonría y aun cuando siento que no doy más, igual sigo viendo al mundo y a los demás con amor. Entonces si simplemente me cruzo con alguien o si charlamos de trabajo o de la vida, siempre es desde el amor, el respeto y el disfrute de conectar con el otro. Porque generar lindos momentos alegra nuestros días. Tener algo lindo en casa o en el escritorio de trabajo, vestirme y perfumarme linda para mi misma primero y luego para los demás, dar y recibir sonrisas, mostrarme como soy porque para cada uno de nosotros eso debe de ser lo mejor, alegra nuestros días, pase lo que pase.
...Es que el dolor lo siento igual aunque sonría y aun cuando siento que no doy más, igual sigo viendo al mundo y a los demás con amor...
Así fue que esta semana venía pasando unos días muy tristes, créanme que cuando digo muy, es muuuuy, y no me fue fácil hacer las cosas pero al menos cumplí con las que me había propuesto. Entre otras cosas tuve la suerte de hacer algo que hacía laaaaargo tiempo deseaba hacer, tener una clase de cómo decorar tortas con merengue usando manga. Tanta suerte me tocó esta vez que entre amigos dí con una cocinera - pastelera que se ofreció a venir a mi casa a darme una clase en forma voluntaria sin conocerme. Diganme una cosa, ¿qué tan seguido les pasa esto? ... ¿dijeron nunca? Pues a mí nunca me había pasado.
Así llegó a mi casa, en un lunes casi tormentoso, Virginia conocida como Cariño. Le dicen Cariño porque ella es uruguaya-venezolana y de los años en que vivió en Venezuela se acostumbró a decirle “cariño” a la gente y así se ganó el apodo en Uruguay. Hasta me parece tan justo para esta historia que ella se llame así, que pienso que si esta fuese una obra de teatro sería genial que su personaje se llamase así.
En la clase de repostería hablamos de todo.... bueno yo hablé de todo, de la vida, porque soy muy conversadora y Cariño estaba sorprendida con la decoración de mi “casa de muñecas” según ella (y muchos más) y de que yo soy “una chica muy packaging” (nunca había escuchado eso ¡jajaja!) Así que también le fui contando de las cosas que tengo en casa como ... la tostadora de Mickey.
Cuando hablamos de su apodo, de su vida en Uruguay y de su recorrido hasta llegar acá fue breve, reservada y dejó entrever pocas cosas. Aclaró que el apodo Cariño no se lo hubiera esperado pero finalmente le gustó y hasta prefiere que la llamen así. También hablamos de poner los límites, de que era uno de mis más recientes aprendizajes aún en progreso, que siempre cuido tanto de no lastimar al otro y... ella me quedó mirando y me dijo muy seria que a ella no le pasaba así, que cuando la molestaban iba con todo en la respuesta y no medía. En ese momento su cara, sus ojitos transmitieron algo de dolor, alguien o algo la había realmente molestado. Pero no entramos en ese tema, la charla siguió saltando de un merengue a otro y de un tema a otro.
En un momento ella vio una bolsas de té en mi cocina, me preguntó si podíamos usarlas y yo aproveché a contarle que los había traído de Turquía ya que hacía poco había estado ahí. Yo tenía especial curiosidad de saber si le gustaría ir a Turquía y ¡bingo! Enseguida Cariño me dijo que a ella encartaría algún día ir a Turquía.
...Cariño me dijo ... que ella le encantaría algún día ir a Turquía...
Ustedes quizás dirán ¡Basta Laura, décinos ya el final! Esperen porque ya verán como al final todos los puntos se unen.
Cariño por su parte había dejado en claro desde el principio que ella no me quería cobrar porque no se consideraba una experta en decoración con manga. Yo por mi parte quería agradecerle todo el gran gesto que tenía conmigo y había pensado qué podía regalarle que fuera especial y le gustara. Había tenido una idea esa mañana y en la charla supe que sería la ¡mejor idea de todas!
...yo ... había pensado qué podía regalarle ...
Antes de que se fuera fui a mi cuarto a buscar una remera muy linda con el ojo turco grandote en el frente que había traído de mi viaje a Turquía pero sin saber a quién se la iba a regalar. Varias veces me había preguntado para quién sería porque no suelo traer regalos sin destinatarios pero éste estaba esperando su destino y ella acababa de contarme que le encantaría ir a Turquía. Así que se la preparé de regalo con una tarjeta y se lo dí.
Le conté que hacía muchos años una vez entré a una tienda y vi unas medias de hilo con dibujos de la Torre Eiffel, corazones y decían París y claro que me las compré porque yo quería algún día ir a París y cuando las compré me dije que esa era mi señal de que un día iba a ir. Y fui a París pocos años después y fui a ver la Torre Eiffel cada día de mi estadía, ¡estaba embobada! Por eso, le dije a Cariño que esa remera del ojo turco, y traída de Turquía, iba a ser su señal de que un día ella iba a visitar Turquía. Y se lo dije toda contenta porque así lo sentí.
...su señal de que un día ella iba a visitar Turquía....
Ella me preguntaba si en enserio le regalaba eso y se puso muy contenta tanto que se emocionó mucho y cuando le pregunté porqué, ella me hizo el mejor regalo a mí, me dijo: “Porque hoy me mostraste el lado tierno la vida”.
Sin palabras, ¿no?
Cuando me dicen cosas así no puedo evitar responder: “¡Es porque soy igual a mi papá!”
Cariño: ¡Gracias por regalarme un elogio tan increíble!
A la vida: ¡Gracias por darme un padre tan increíble!
A mis padres, con amor.







Muy emotivo lo que compartes de tu parecido a tu papá persona a quien quise mucho y de gran calidez y calidad humana.Y sí te pareces a él.En cuanto a la vivencia con Cariño te diré que no creo en las casualidades pero creo que todo lo que està destinado a cruzarse en nuestro camino nos llega en el momento indicado.Y así como hay seres que tocan nuestra alma, nosotros tocamos la de ellos.Un abrazo.